"... es raro el muchacho que atiende a sus padres"

Parece más delgado de lo que es gracias a su estatura, es bastante alto. Cuando conversaba con él, yo no podía dejar de pensar en esa famosa frase que describe al célebre personaje de Miguel de Cervantes: Don Quijote de la Mancha… el caballero de la triste figura.

Y es que el apodo le caería como anillo al dedo. Él es don Miguel (*), sereno de la calle donde vivo. Recuerdo que cuando lo vi dije: y a él quién lo cuida. Nació en Santa Cruz, tiene 68 años, lo que yo más o menos calculaba, cabeza pequeña y rostro pálido.

Al menos yo cuando era niño, andaba diciendo que de grande iba a ser doctor, futbolista, pero don Miguel dice que recuerda poco de su niñez. “Uno de niño no piensa, solo quiere jugar y jugar, ya cuando era más grande, quería tener un auto para trabajar, una tienda o algún negocito…” dice.

Alcanzó sus objetivos, pero la tristeza se puede leer en sus ojos, pues cuando era joven logró tener un taxi con el cual salía a trabajar, y puso una tienda de abarrotes para su joven esposa, pero ella le fue infiel, y al parecer no logró reponerse de ese trago amargo. Nunca tuvo hijos.

Se casó nuevamente y al cabo de dos años no llegaban los frutos. Decidieron ir juntos al médico. “El doctor me dijo: Vos sos el inútil flaco, sos muy débil” recuerda don Miguel. Esa fue la causa de la separación con su segunda esposa, pues ella quería tener hijos. “Al tiempo la vi, se había casado y ya tenía dos hijos”.

“Debe ser lindo tener un hijo, o dos, para que a uno lo atiendan… pero en parte está bien nomás. Mi hermana que tiene varios hijos para solinga en su casa, en la noche llegan los hijos y cada uno se va a dormir, al otro día se alistan y se van… es raro el muchacho que atiende hoy a sus padres” manifiesta con un poco de rencor, y es que pareciera que guarda algunos resentimientos dentro.

“Muchos jóvenes de ahora no sirven, no se dedican a nada, prefieren andar por ahí con otros muchachos, pero son buenos para pedirles plata a sus padres… En el colegio es peor, ahí las peladas se meten con sus compañeros al baño a hacer sus cosas… Los padres no saben lo que hacen sus hijos.” comenta don Miguel.

Es ya bastante mayor, pero confiesa que no le gusta estar sin hacer nada. “Yo no tengo vicios, no bebo, no fumo, no coqueo… aquí trabajo de 7 (am) a 7 (pm), no hay feriados ni nada y eso es lo malo. Quisiera tener de vez en cuando un feriado”. Pero a pesar de que le gusta siempre tener algún oficio, manifiesta estar un poco cansado del trato que recibe. “Me pagan 800 Bs. y nunca lo recibo junto, a veces a uno lo tienen a vueltas, que mañana, que pasado, a veces hasta se olvidan del almuerzo y tengo que gastar de mi bolsillo”.

A estas alturas, yo ya no hacía preguntas pues el comenzó a hablar y hablar. “A uno lo tratan como a un mendigo y no se dan cuenta de que mi trabajo es peligroso porque los maleantes no nos quieren, uno arriesga la vida, cualquier ratingo lo matan.… Los vecinos aveces se enojan conmigo ¿dónde estaba, lo he buscado desde hace rato? me dicen. Ojalá me buscaran así al momento de pagarme o de servirme un plato de comida” lamenta.

Definitivamente, don Miguel es una persona que necesita mucho el cariño de un hogar, pero no lo tiene, vive solo y aunque tiene a sus hermanos comenta que se ven poco, precisamente porque su trabajo lo de deja tiempo.

“Dejá eso, ganás una miseria y no tenés tiempo de nada, estás perdiendo tu tiempo, vos deberías estar atendiendo tu casa” son las palabras de sus hermanos.en las pocas ocasiones que se ven.

“Ya quiero dejarlo, estoy ahorrando para comprarme una camionetita pa’ aunque sea vender frutas… llego a mi casa cansado sin ganas ni de mirar tele, directo a dormir.”

No sé cómo habrá sido su relación con sus dos ex-esposas. No soy quién para juzgarlo. Pero sí, la vida le ha pagado un poco mal. Aún así, lo considero un héroe, anónimo como todos, que se gana la vida honradamente con las pocas fuerzas que le quedan.

Experiencia personal: Fue un poco dificil en un principio entrevistar a don Miguel, sobre todo al explicarle de qué se trataba. A pesar de que su modo de hablar es un poco imperativo, es un tipo amable, sincero y muy directo para hablar. No le busca vueltas a lo que tiene que decir.

Hubiera sido de mucha ayuda para él mencionar alguna forma de ubicarlo por si algún lector tiene la intensión de hacerle llegar una ayuda. Le expliqué pero no lo entendió así y prefirió el anonimato.

* El nombre no es real. Luego de la entrevista, a las 2 horas más o menos, salgo a la calle y me dice que por favor borre toda la entrevista porque habló con su hermano y él lo “reteó por dar desate de su vida… porque no es ningún maleante para estar dando su nombre y peor para que le saquen fotos.” En fin, para respetar su identidad como es su deseo, uso otro nombre y no menciono la zona donde vive, ni donde trabaja y menos he publicado fotografías.